viernes, 27 de enero de 2012

Capitulo 13

Hay días en los que me levanto con una sonrisa y me voy a dormir con una sonrisa. Pero hay otros en que lo se o por lo menos lo intuyo... que no va a suceder así. Llorar no significa ser débil, significa que llevas demasiado tiempo siendo fuerte. Aunque haya gente que diga lo contrario, se burlen, pero hay que pasar. Creo que en la vida hay que aprender a veces a dejar pasar el tren, a perderlo, a salir corriendo tras él e intentar subirse cuando ya está en marcha, a pesar del miedo de la posibilidad a caerte... creo que la vida está hecha para cometer errores y aprender de ellos, de equivocarse y saber luego como tomar el regreso, de dejar de mirar las manillas del reloj e ir sin tiempo.Y esa extraña sensación vuelve, te sientes como una autentica mierda como si el mundo te hubiera dado la espalda, pero si la vida te da la espalda, pero siempre habrá alguien dispuesto a perderse contigo.
La chica me seguía guiando por las calles, aunque ya no me arrastraba he iba por mi propio pie, la verdad es que había empezado ha sentir curiosidad por ese lugar al que me quería llevar. Pero de un momento a otro me pare y me puse ha pensar.
- Venga, vamos, no te pares.- Insistía mientras miraba de un lado de la calle a otro.
- No, no voy a seguí. ¿Quién eres?¿A donde me llevas?.-
- Me llamo María y te quiero llevar a un sitio donde creo que vas a ser mas feliz, que dando vueltas por la calle sin rumbo, te lo vi en los ojos en la cafetería.-
No se porque pero aquella muchacha me dio confianza y decidí seguir hacia delante. Por fin parecimos pararnos en una casa. Parecía una simple casa, supuse que seria la suya. Abrió la puerta con cuidado y me dirigió por un millón de pasillos que parecían no tener fin. Al final, paramos enfrente de un gran puerta de color azul. Tenia un rotulo en rojo que decía "PRINCIPIANTES"
- Entra.- Abrí con cuidado el pomo, el contacto frió me estremeció.
Era una gran sala, con varias colchonetas y potros de salto, barras y espejos.
María me hizo un gesto para que me acercara.
- ¿Sabes abrirte de piernas?.- En un solo movimiento lo hice, desde pequeña había sido muy ágil y elástica.
- Muy bien, creo que encajaras.-
- Eh tranquilita, ¿no me iras a meter en un gimnasio?.- Su fuerte carcajada, me hizo sentir un poco estúpida...
- No, es que mira, tenemos este sitio y nos gusta, bueno no se como decírtelo... nos gusta escalar, saltar y todo eso....- Me quede un poco sorprendida, quería decir algo pero estaba tan impactada que mi garganta no producía sonidos. ¿Pero que? Me tenia que ir.
- Si no quieres te comprenderé... ¡Ey chema!.- Me gire para ver a quien estaba saludando y delante de mis ojos un chico. Sus ojos marrones me perdieron y ese pelo caoba me enloqueció. María al darse cuenta de lo que estaba pasando reacciono.
- Chema, Susi. Susi, Chema.-
- Un placer conocerte.- Me cogió de la mano y se inclino sobre ella dando un beso suave sobre ella. La idea de saltar por barras no me pareció tan absurda por un momento. Ademas tampoco tenia amigos y tendría que empezar a hacer algunos. Me gire hacía María.
- De acuerdo me quedo.-

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